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El Gol de Etcheverry

Sucedió en 1993. Eran las eliminatorias previas al mundial de Estados Unidos a disputarse un año después, Bolivia iba empatando con Brasil sin goles en el marcador y faltaban escasos dos minutos y medio para terminar el partido. Rato antes Erwin Sánchez había pateado un penal con tan mala suerte que el balón había ido a parar en las piernas de Taffarel. Los espectadores, con lágrimas en los ojos no podían creer que la sombra de la derrota se cierna nuevamente sobre la patria y unos mas incrédulos en los milagros salían cabizbajos del templo futbolero.

Entonces en una mala salida de Brasil, el balón fue robado por Quinteros y este, como si la desesperación le apurara duro menos en tocársela a Etcheverry. Entonces Etcheverry partió en su odisea personal como un rayo por la punta izquierda, le decían el diablo y como una sombra diabólica se devoro media cancha y media defensa y en la línea final cruzo la pelota hacia la valla brasilera mientras caía, el último aliento para clavar la estocada artera. El balón comenzó su viaje memorable desde la mitad del área grande en la línea final, hasta las piernas de Taffarel que incrédulo veía como el balón le hacia un desplante, le quemaba las manos y se le escurría entre las piernas siguiendo el camino que Etcheverry le marcaba con la mirada. La pelota entro lentamente como si tuviera todo el tiempo del mundo y el segundo entre el túnel a Taffarel y la línea de gol duro una eternidad para todo un país, que veía gracias a ese gol que los inmortales también sangraban.

El gol se llevo cuarenta años de invicto de la selección de Brasil en eliminatorias sudamericanas, pero más aun el gol sirvió para confirmar el mito de David y Goliat. Etcheverry podía haberse caído y hubiera sido penal, pero Etcheverry prefirió crearse eternidad, otro zurdo endemoniado se creaba su propia página de historia en menos de 20 segundos.

El público volvía a creer en los milagros y la nación entera se ponía de pie. Y aunque nadie lo sabia, esa misma tarde la selección boliviana firmaba su clasificación al mundial de 1994.


En Audio: El Gol de Etcheverry narrado por Grover Echeverría (1993)*

Pero semejante poema futbolero hecho al tetracampeon a puro coraje por un hijo de barrio, un cara sucia irrespetuoso, debería ser escarmentada. Los nadies, estaban condenados a ser nadies y por alguna vez querer ser alguienes debían cargar con sus consecuencias y la falta de respeto se paga y se paga duro. Desde aquel gol ya nadie respetaba a la todopoderosa tetracampeona, los chicos, nacidos en cuna de paja y choza de lata, habían enseñado las malas mañas para ganarle a Brasil, los equipos sudamericanos habían entendido la moraleja de la tortuga y la liebre y nunca mas Brasil volvió a ser el Brasil antes de ese gol.

El dicho dice que los débiles tienen trucos y los fuertes excusas. Horas después de aquel gol los fuertes se hacían de excusas que jamás se habían utilizado y desde aquel gol, catorce años después, los nadies deberian pagar el pecado cometido por sentirse alguienes alguna vez.

*Grabación gracias a Javier Rodríguez.

En Video: El Gol de Marco Etcheverry (Youtube).
La Noticia: La FIFA confirma su veto a jugar en La Paz.
Lea También: Bolivia - Historias compartidas de un mundial de fútbol.

3 comentarios

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It is my pleasure to read your article! What a vivid photo it is! Thank you for sharing! good luck!

Alvaro Loayza -

Rocko, que momento!!!!, sino el más grande y eufórico de la historia del fútbol boliviano.

David -

Hola,me gusto el artículo.Solo que en el enlace a la Noticia,del veto de la FIFA, no esta directo,primero hay que registrarse (¿tienes otro enlace que sea directo?)