Cuento corto: Lladrós burgueses y artesanias proletarias
Abres los ojos. La luz de penetra inmisericorde así como lo haría, tantas veces lo has soñado, el filo de una daga. La sonrisa permanece: el saberte aun vivo, el saberte aun hombre, el nada mas saberte, te implica en el milagro.
El dormitorio, nunca lo habías visto. Esa atroz combinación de Lladrós burgueses y artesanías proletarias en la cómoda de enfrente, el celeste techo, la sabana marrón, la soledad insoslayable del ambiente. ¿Será posible que a alguien de verdad le guste todo esto? ¿Donde estas?
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