El secreto de el Código Da Vinci
Hasta hace unos meses no existía un Harry Potter para adultos, un fenómeno literario de dimensiones sociológicas, pero Dan Brown ha venido a llenar ese hueco con "El Código Da Vinci".
Dan Brown el hombre que hace diez años no solía leer ficción, pero una vez le tocó el hada de la inspiración se convirtió en bestseller. 'Digital Fortress', un polémico thriller sobre la Agencia americana de Seguridad Nacional; 'Deception Point'; 'Angels & Demonds' y 'El código Da Vinci', que conquistó en su primera semana a la venta el primer puesto de los más vendidos del "New York Times", son sus cartas de presentación.
A día de hoy, el libro de Brown ha vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo y sólo en España más de medio millón. Recién aterrizado en Hispanoamérica ha superado ya los 150.000 en México, los 25.000 en Argentina... y los 9.000 en Bolivia. (mas allá de las grandes ventas en otros países de Latinoamérica).
Los críticos literarios andan entre escandalizados -porque les parece blasfemo el éxito de un libro que consideran malo- y divertidos -los que se engancharon a la historia-. Y la Iglesia ha puesto el grito en el cielo y ha animado a los fieles a no leer semejante "blasfemia". ¿Oportunista? ¿literario? ¿misterioso? ¿visionario? Es difícil resolver los enigmas de este código, pero a continuación nos atrevemos con algunas claves.
Meter en la "receta" a un genio tan admirado como desconocido por todos como es Leonardo Da Vinci. Y proponer que sus cuadros esconden secretos, como que en 'La última cena' aparece dibujada una mujer junto a Jesús que es, en realidad, su amante María Magdalena.
Aderezarlo con unas gotitas de historia de la religión y rehogar con críticas al Opus Dei, dando a entender que entre altos cargos del Vaticano y miembros del Opus Dei se ocuparon de preservar y ocultar información sobre Cristo.
Plantear enigmas resolubles pero no demasiado sencillos para incentivar al lector. Y calentarlos a fuego lento.
Amasar el resultado con la orden del priorato de Sión, una organización secreta que en la novela se identifica con la Orden de Sión y que fue creada en 1099. Y cerrar la receta con la posibilidad de que Leonardo Da Vinci fuese Gran Maestre de esta sociedad, encargada de custodiar un secreto que puede cambiar la historia. Es un poco de lo que puedes lograr con este libro.
La magia de esta historia no hubiera alcanzado las dimensiones que ha conseguido de no ser por el lugar que se ha ganado en Internet. Y es que el valor en Google de 'El código Da Vinci' es directamente proporcional a su valor en lectores.
Cuando salió esta edición al mercado norteamericano la editorial preparó como apoyo logístico una web en la que, a modo de juego, se planteaban incógnitas cuya complicación aumentaba según se avanzaba en el juego. Hasta el punto de que no podían ser resueltas sin haber leído el libro.
El éxito fue tal que, junto con el libro, la editorial Umbriel compró la idea y mejoró el producto en El Codigo Da Vinci David Fariñas es el creador de este sitio y explica que "desde la mitad del juego nosotros lo hemos mejorado con un nuevo diseño. Hay que enfrentarse a puzzles deslizantes, descubrir objetos, resolver enigmas, etc.
Semejantes comentarios, opiniones, criticas (y lo cierto es que las criticas de esta pequeña simbiosis es solamente "migajas"), y el hecho de que su venta de 300.000 ejemplares en España en tan sólo dos meses y cinco millones en Estados Unidos. Lo convierta como por inercia en un betseller de la temporada en todo el mundo, me atrajeron a darle lectura a esta narrativa..."
Dan Brown el hombre que hace diez años no solía leer ficción, pero una vez le tocó el hada de la inspiración se convirtió en bestseller. 'Digital Fortress', un polémico thriller sobre la Agencia americana de Seguridad Nacional; 'Deception Point'; 'Angels & Demonds' y 'El código Da Vinci', que conquistó en su primera semana a la venta el primer puesto de los más vendidos del "New York Times", son sus cartas de presentación.
A día de hoy, el libro de Brown ha vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo y sólo en España más de medio millón. Recién aterrizado en Hispanoamérica ha superado ya los 150.000 en México, los 25.000 en Argentina... y los 9.000 en Bolivia. (mas allá de las grandes ventas en otros países de Latinoamérica).
Los críticos literarios andan entre escandalizados -porque les parece blasfemo el éxito de un libro que consideran malo- y divertidos -los que se engancharon a la historia-. Y la Iglesia ha puesto el grito en el cielo y ha animado a los fieles a no leer semejante "blasfemia". ¿Oportunista? ¿literario? ¿misterioso? ¿visionario? Es difícil resolver los enigmas de este código, pero a continuación nos atrevemos con algunas claves.
Meter en la "receta" a un genio tan admirado como desconocido por todos como es Leonardo Da Vinci. Y proponer que sus cuadros esconden secretos, como que en 'La última cena' aparece dibujada una mujer junto a Jesús que es, en realidad, su amante María Magdalena.
Aderezarlo con unas gotitas de historia de la religión y rehogar con críticas al Opus Dei, dando a entender que entre altos cargos del Vaticano y miembros del Opus Dei se ocuparon de preservar y ocultar información sobre Cristo.
Plantear enigmas resolubles pero no demasiado sencillos para incentivar al lector. Y calentarlos a fuego lento.
Amasar el resultado con la orden del priorato de Sión, una organización secreta que en la novela se identifica con la Orden de Sión y que fue creada en 1099. Y cerrar la receta con la posibilidad de que Leonardo Da Vinci fuese Gran Maestre de esta sociedad, encargada de custodiar un secreto que puede cambiar la historia. Es un poco de lo que puedes lograr con este libro.
La magia de esta historia no hubiera alcanzado las dimensiones que ha conseguido de no ser por el lugar que se ha ganado en Internet. Y es que el valor en Google de 'El código Da Vinci' es directamente proporcional a su valor en lectores.
Cuando salió esta edición al mercado norteamericano la editorial preparó como apoyo logístico una web en la que, a modo de juego, se planteaban incógnitas cuya complicación aumentaba según se avanzaba en el juego. Hasta el punto de que no podían ser resueltas sin haber leído el libro.
El éxito fue tal que, junto con el libro, la editorial Umbriel compró la idea y mejoró el producto en El Codigo Da Vinci David Fariñas es el creador de este sitio y explica que "desde la mitad del juego nosotros lo hemos mejorado con un nuevo diseño. Hay que enfrentarse a puzzles deslizantes, descubrir objetos, resolver enigmas, etc.
Semejantes comentarios, opiniones, criticas (y lo cierto es que las criticas de esta pequeña simbiosis es solamente "migajas"), y el hecho de que su venta de 300.000 ejemplares en España en tan sólo dos meses y cinco millones en Estados Unidos. Lo convierta como por inercia en un betseller de la temporada en todo el mundo, me atrajeron a darle lectura a esta narrativa..."
1 comentario
Jordan Jumpman -