El amor es una maldición
Ocurrió hace unos días atrás, los encargados de expandir la noticia algún medio amarillista y de crónica roja. La tragedia de la joven pareja de enamorados en Perú, un amor incomprendido por las familias y que los llevo a buscar el camino oscuro de la muerte, fácilmente hace nos hace recordar a la tragedia de Romeo y Julieta.
El veneno ingerido por los jóvenes recorrió por las venas corroyendo todo lo que tocaba hasta llegar a ese corazón que todos dicen que es donde se guardan todos esos descabellados sentimientos. El corazón dejo de latir y quizás consiguieron la paz que necesitaban más allá
El amor es una maldición, me lo dijo un amigo de esos que prefiere ser feliz con una mujer diferente cada fin de semana y que se burla del noviazgo, el matrimonio y la fidelidad. La frase lleva taladrándome la cabeza todos estos días -como no creerle- parece que tiene razón, no hay semana que algún gil se muera de amor ya sea correspondido o no o caso contrario haga cosas increíbles en nombre del amor.
Uno siempre cree estar enamorado de su pareja o siempre creo estarlo- hasta que se termina, llega el tiempo de la meditación de saber que hiciste o que hicieron mal y con ese tiempo llega ese nomeimportismo que es frecuente en mi, hasta que llega alguien y descubres que los sentimientos anteriores no eran de amor y que lo que vives ahora si lo es hasta que termina.
Eso pasa conmigo, ¿pero porque hay personas que morirían por ellas?, ese debe ser el amor verdadero entregar el alma al diablo por ella o ser capaz de matar o morir por ella. Ese debe ser el amor verdadero de pareja, no hay cánones dependes de tu corazón y de tu atrofiado cerebro por saber si es ella a la que amas en verdad y no a las anteriores.
De seguro cuando llegue no me haré preguntas tan ridículas y seré parte de ese grupo de giles que morirían por amor y que en esa maldición que se trago hombres mujeres, gorilas, héroes y villanos, me tragara también a mi y cargare con esa maldición con el mayor de los placeres.
SOLO LOS GILES MUEREN DE AMOR
César Brie, Yotala, Bolivia.
No flaco, hoy se mueren de amor sólo los giles, y vos lo eras. La esperabas a la salida del trabajo sin hacerte notar, porque muy gentilmente ella te había dicho que te fueras a la mierda. Ponías pétalos de flores en el zaguán de su casa, para que sin darse cuenta, al regresar, ella los pisara. Ibas a los cafés donde ella iba, y fingías que era casualidad encontrarla, y ni atinabas a dirigirle la pala-bra.
Ella te miraba con simpatía, es cierto, pero la simpatía que se tiene por el perro del vecino, pero vos, infeliz, interpretabas cada mirada, cada sonrisa. Hasta que un mal día se te ocurrió contárselo.
¿Como fue que le dijiste?
"Mariana, yo la veo sólo a usted". Ni la tuteabas. "Ayer tenía un vestido a lunares. Antes de ayer pantalones rojos y polera gris. Y el martes diez del mes pasado fue a bailar con un vestido negro con manchitas blancas y zapatillas oscuras, y se me cortaba la respiración al verla".
Y después de haberla aterrorizado describiéndole el ajuar de un año agregaste: " Yo la amo, desde hace más de un año. Nunca le dije nada porque creí que usted tenía novio, pero he sabido que no está comprometida. Quiero decirle que nunca me pasó esto, que estoy como un niño enamorado de su maestra. Usted es todo para mí: el universo, la galaxia, Mahoma, Manitú, la plantilla del pie plano. Si me permite le hago un hijo, le pinto la casa, la llevo al cine, de picnic, aunque sea déjeme acompañarla al tranvía en la mañana, o llevarla al parque el domingo, o invitarla a una cerveza".
Y cuando ella estaba por gritar pidiendo ayuda, por esas intuiciones que tienen los pobres bichos como vos, agregaste: "El amor es sublime, yo no le pido nada, sólo que sepa que la he amado como nunca amé a nadie. Que la sueño. Que duermo con usted casto como un niño. Que nunca pude hacerme una paja pensando en usted, y yo Mariana, he pasado siglos haciéndome la paja. Pero usted era demasiado pura para pensarla debajo o encima mío. No había lugar para su cuerpo sino en otro terreno. No en mi cama. Cuando pienso en usted la siento dentro de mí, tocándome yo la toco. Yo no soy yo, no existo más, todo está invadido por su figura. Usted es el aire, el corte del tiempo, la respiración. Soy un loco Mariana."
Flaco, ella se alzó de la mesa, te largó un bofetón que resonó en Canadá, llamó a un grupo de amigos de la mesa cercana que se encargaron de llevarte afuera del bar y uno de ellos, alto un metro noventa y cinco, el nuevo novio de tu Mariana, te curtió el lomo a patadas.
Los golpes no te dolieron. Te dolió otra cosa. Cómo permite dios que se ame tanto a alguien y se reciba sólo indiferencia, desprecio, cachetada. Si te hubiera entendido. Si hubiera sabido que para vos era sublime, que lo que sentías era puro, porque cuando se ama así es puro todo, llevarla de la manito a pasear por la plaza, meterle el dedo hasta el fondo del culo, cogerla en un confesional, acariciar el hijo pateando en la barriga, invitarla a tomar un helado. Todo es puro cuando se ama así. Todo es sagrado.
Una vez a la semana, una vez al mes al menos, debería haber lugares donde uno va a que lo
abracen, lo acunen un poquito. Todos tenemos derecho a un poco de ternura.¿ Qué es un adulto sino un niño al que se le cayó una montaña de años encima?
Pero no. No quiso verte más, ni oírte. Te dijo que le dabas asco. Y aquí te derrumbaste, porque no podías darle asco. Porque hubieras aceptado la derrota de tu amor si ella lo hubiera transformado en amistad.
Porque tu pensamiento viajaba en la noche, abría su puerta, sentado sobre su cama, secaba el hilo de saliva de su boca entreabierta, sonreía como un niño al verla dormida. Acariciaba sus cabellos, la curva del cuello. Y en puntas de pie se marchaba para que no se despertara
para que nunca se despertara por tu culpa. Si ella te hubiera amado, hubieras tenido la fuerza para continuar con tus quimeras, organizando acciones en el barrio, convenciendo a la gente a luchar por una casa mejor, por escuelas. Hubieras seguido gastando el dinero que no tenías en programar películas decentes, en comprar libros para la biblioteca. Si ella te hubiera amado, hubieras suplido con su amor la deserción de los otros, la derrota.
Dejaste de comer, de trabajar. Te volvió la gastritis, la úlcera, otra operación. No querías más vivir. Te aferrabas a esa boluda como un náufrago a una balsa. Ella lo supo y por compasión te vino a ver. Pero vos te diste cuenta que era solo piedad lo que la movía. Te sentiste mejor, te dieron de alta, y apenas fuera del hospital te compraste la cuerda y dejaste una notita, insulsa, romántica: "No se culpe a nadie, pero había una música, un canto, y yo no lograba escucharlo yo no me he muerto. Sólo he viajado a escuchar ese canto más de cerca. Es que, disculpen todos, siempre fui un desorejado.
Parte del monologo solo los giles mueren de amor escrito por Cesar Brie.
Además: "Solo los giles mueren de amor" versión pdf.
3 comentarios
cerebrita -
conclusion: existe el amor fraterno, el amor hacia un familiar de sangre.lo demas es solo algo limitado... es decir, la pareja actual que una persona tiene al lado, nunca termina de ser la indicada, pues siempre existe miles de defectos. con esto quiero decir, que el amor tiene muchas caras, que el amor no es fiel. y ya con el pensamiento se es infiel, no os confundais...
Abner -
Soñadora Insomne -