Bolivia: 179 años después...

Un día como hoy, 6 de agosto de 1825, en la casa de la libertad de Chuquisaca, los diputados del Alto Perú, que se habían reunido en la asamblea deliberante desde el 10 de julio de ese año, proclamaron la independencia de las cinco provincias, para convertirlas en una sola patria, con la denominación de Bolívar, primero, y a los pocos días con el nombre que lleva ahora: Bolivia.
Han transcurrido 179 años desde ese memorable acontecimiento, de una nación que fue la primera en el continente en la lucha por su libertad y la ultima en conseguirlo, luego de la cruenta y larga guerra contra el poder imperial español, por mas de 15 años, tiempo en el que la sangre corrió a raudales en los campos de batalla, convirtiéndose en la savia del patriotismo que llevan en lo mas profundo los que han nacido en esta bendita tierra.
Desde esa fecha, en la que se firmo el acta de independencia, Bolivia ha sido el teatro de innumerables transformaciones, dentro de un proceso de evolución que abarca menos de dos siglos, con un pueblo rebelde y batallador, que no escatima su vida misma para erradicar la injusticia y la tiranía, cuando estas se entronizan como ha sucedido en varias etapas de nuestra rica historia.
Un cumulo de frustraciones y de alegrías nos debe servir para que en este nuevo siglo, empujemos el carro del progreso y el desarrollo de nuestra Nación, tal como lo hicieron nuestros Libertadores Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, los primeros presidentes de la nueva República, la que nació bajo los buenos auspicios de las demás, que ya habían alcanzado la plenitud de sus derechos, luego de haber proclamado la libertad, la igualdad y la fraternidad para todos sus ciudadanos.
En este nuevo tiempo, en la continuación de nuestra historia patria, visión y misión siguen siendo las mismas, por lo que debemos concentrar nuestros esfuerzos y conocimientos para defender la integridad y la soberanía de la nación, preparándonos constantemente y diligentemente, para evitar que nuevamente nos avasallen y mutilen los poderes externos de la ambición, erradicando a los que creen que la patria es su hacienda y que pueden enajenarla y destruirla por sus intereses personales o sectarios.
Que el ejemplo del Mariscal Andrés de Santa Cruz, que por su afán de unidad e integración consiguió la conformación de la confederación Peru-Boliviana, nos sirva para avizorar el nuevo horizonte que se presenta para la patria, con el retorno al mar por puertos peruanos, que hará renacer nuestra vocación marítima, para prepararnos a fin de recuperar lo que nos arrebataron por la fuerza, pero por medio de la razón y la justicia.
La fortaleza de una nación se encuentra en su pueblo y es el, el que tiene la obligación de continuar batallando, como lo hicieron nuestros héroes y protomartires, por la independencia total, sin injerencias externas, y por la unidad del continente, tal como lo habían soñado los Padres de la Patria.
Hoy los bolivianos, en una cadena con fuertes y firmes eslabones, debemos unirnos estrechamente, para proclamar este día de la Libertad y de la creación de Bolivia, Jurando defender a la Nación ante cualquier intento de destruirla o humillarla.