Kevin Carter
"Hola Time magazine, hola Premio Pulitzer / cicatrices tribales en Technicolor (...) el buitre acechaba la blanca llamada / mentira para siempre / perdiste tu vida en blanco y negro"
Manic Street Preachers
Un Judas contemporáneo, Kevin Carter, atormentado por sus demonios que lo llevaron al suicidio; No vendió a ningún profeta, simplemente tomo la foto mas inhumana de la historia, las 30 monedas de plata que recibió Judas fueron multiplicadas a 3.000 dólares, un Pulitzer y una portada en el Time, el beso de su índice al disparador –como cual arma con gatillo- de su cámara fotográfica, vendieron su alma al diablo.
Miembro del Bang Bang Club, Kevin Carter, junto con un grupo de fotógrafos decidieron dedicar su vida a transmitir, mediante el poder de las mismas imágenes, postales del horror de la guerra, el hambre y la miseria en carne propia, con el fin de despertar conciencia de sus pares, dándole un nuevo significado a un oficio tan presuntamente fútil como lo podría ser un fotógrafo, un testigo mudo de la realidad.
Su fotografía más famosa le otorgó el premio Pulitzer de 1994, dio vueltas alrededor del mundo, cubriendo su nombre de un reconocimiento que él comenzó a odiar hasta el límite de lo intolerable, una foto que puede considerarse la suma de lo inhumano: en primer plano un niño sudanés está doblado sobre la tierra, casi moribundo, a causa del hambre. Unos metros más allá, un buitre observa con serena impaciencia el desenlace del drama para iniciar el banquete.
La culpa y la vergüenza aumentaba en proporción a la celebridad del fotógrafo, a pesar de la aberración de la cual sus ojos eran testigos, no había podido soltar su cámara para socorrer a la niña, y este acto de cobardía se había materializado en un premio Pulitzer y en la portada del Times.
Unos meses después de obtener el premio abrumado por la culpa a la edad de 33 años Kevin Carter se suicidó conectando una manguera al caño de tubo de escape y aspirando los gases tóxicos. Días antes al terrible suceso había declarado con respecto a la foto del premio: "Será la foto más importante de mi carrera, pero no quiero ni verla. La odio. La tragedia y la violencia son imágenes poderosas; por eso se pagan así. Pero algo de la emoción, de la empatía y la vulnerabilidad que nos hacen humanos se pierde cada vez que apretamos el gatillo".
También dijo David Suárez: “el encuadre de Kevin Carter es el mismo que el del ave de rapiña que espera impaciente la muerte del niño. Son dos testigos de una misma agonía: para el buitre, el plato a devorar; para el fotógrafo, es la imagen maldita de la muerte del hombre, de todos los hombres“.
Kevin Carter, un judas contemporáneo atormentado por legiones de demonios que será maldecido por muchos, pero no ha hecho más que mostrar el grado de deshumanización de todos los hombres que buscan un Apocalipsis en números, asteroides y anticristos.
Vea También:
El suicida del Club Bang Bang.
Kevin Carter Film: Casualty of the Bang Bang Club.
Bang Bang Club: Los que vieron demasiado (Pagina12).
Manic Street Preachers - Everything Must Go: Kevin Carter.
37 comentarios
xavierveliz1@hotmail.com -
Sergio -
En primer lugar, decir que no se sabe lo que verdaderamente pasó asi que por ahi nos vamos callando para criticar su actitud. Criticar acciones y no suposiciones porfavor, gracias.
En segundo lugar decir que es facil criticar por otro lado, las acciones de otra persona pero.. y ustedes, se llevan a diarios a gente muriendose a casa, o al simple "mendigo" k no tiene el que comer? Apostaria fuerte a que no, ninguno de ustedes se llevaron a alguien. Si alguien lo hizo le aprecio bastante ya que es de los pocos que hacen algo, a diferencia de los muchos que critican pero no hacen nada.
Tambien por ultimo que es facil decir, "uf yo le hubiera ayudado", si por supuesto que le ayudarias... por que lo ves desde el punto de vista de alguien que no estaba alli dando ayudas humanitarias y que no ayuda normalmente como haria alguien de ayudas humanas.
Esta claro que nadie lo dejaria morirse de hambre.. pero y si por otro lado, has visto ya a tanta gente en la desgracia y desolacion que otro niño mas, seria como algo normal... aunk te cueste verlo o pienses que estoy diciendo una burrada. Ahora pregunto ¿No es cierto que cuando consigues algo que mucho deseas, al poco tiempo no le das importancia? Pues supongo que eso mismo pasaria con este fotografo.
Llega el punto en el que has ayudado a tanta gente o has visto tanta desgracia que esa imagen bueno.. seria porsupuesto de mostrarle tu ayuda al niño pero al mismo tiempo seria como el que ven un zapato entre ustedes. Algo "normal" con esto digo que posiblemente el autor intentara ayudarle pero si no lo hiciera, tampoco seria un criminal, pues muchos mas niños como este se mueren a diario en multitud de lugares en este cruel mundo lleno de injusticias. Tambien entonces podriamos decir que todos los fotografos del mundo que han sacado 1 fotografia de alguien muriendose de hambre.. son criminales por no haberles ayudado. PUES NO!, simplemente gracias a ellos se ve la falta de humanidad en este planeta, y que hay tanta desgracia casi imposible de sanar... y digo casi por que se podria siempre y cuando aquellos que tienen mas, supieran pensar mas en los demas que tienen menos, y darles ese poquito que les falta para sobrevivir y ser mucho mas felices.
NO ES MAS RICO EL QUE MAS TIENE SI NO EL QUE MENOS NECESITA.
Muchas gracias a todos
supra footwear -
Supra Skytop -
Papanatas -
fercho -
juanc -
Tt -
Francisco Miguel -
mon -
........ -
Esta es la verdadera historia:
La foto de Kevin Carter deberÃa haber sembrado de silencio el mundo. Pasó todo lo contrario. Desató una tromba de chismorreos y palabrerÃa que tras casi 15 años abrasa todavÃa foros de Internet e invade seminarios. Gañanes de la opinión, evangelizadores laicos, moralistas progres, bienpensantes reaccionarios, profetillas pichaflojas y hasta algún periodista de relumbrón reverdecen la teorÃa de que Carter se quitó la vida por el remordimiento de no haber salvado a la indefensa criatura de esa bestia.
SÃ, 16 meses después de aquella foto, la noche del 27 de julio de 1994, su autor, el sudafricano Kevin Carter, que venÃa de recoger el Premio Pulitzer en la Columbia University, conectó una goma al tubo de escape de su coche, dejó una confusa nota y se suicidó. TenÃa 33 años.
Desde que el New York Times publicó la foto (marzo de 1993), millones de personas sintieron un impacto en la barriga, un estremecimiento fugaz que muchos aún perciben como una especie de agresión a una parte Ãntima de su sensibilidad. Alguien iba a tener que pagar por ello. Hasta que, al fin, Carter, el agresor, pagó su culpa. Ya no tendrÃa forma de defenderse. A partir de ahÃ, bastaba con repetirle al mundo la milonga hasta la náusea: «Claro, el dilema moral, la culpa, todo eso le condujo a la tumba, bla, blaâ¦Â». Y siguen.
El fotógrafo Luis Davilla y yo estuvimos en ese lugar meses después que Carter, en julio. Luis retrató una escena parecida y los dos sabemos que no sucedió asÃ. Quienes esparcen la patraña no saben de lo que hablan. O peor: mienten.
A mediados de marzo de 1993, Carter viajó con su colega Joao Silva, un mozambicano recriado en Sudáfrica, al sur de Sudán, un lugar acosado por las hambrunas y el terror de la guerra desde la llegada al poder de los radicales islámicos. Carter y Silva eran dos de los cuatro foteros conocidos en Johanesburgo como el Club del Bang-Bang, gente especializada en retratar la brutalidad durante el fin del apartheid en suburbios como Soweto o Thokoza. PertenecÃan a esa clase de reporteros que no se amilanan ni cuando la muerte les mira de cerca o la sangre les salpica la lente. Asà ayudaron a enterrar al régimen racista de Pretoria. Por entonces, Ken Oosterbroek, el lÃder del grupo, el más guapo y equilibrado, habÃa sido dos veces Mejor Fotógrafo del Año. Y Greg Marinovich, el cuarto bang-bang, Pulitzer desde 1991 por una secuencia en la que un miembro del partido Inkhata era linchado, primero a cuchilladas y luego abrasado a fuego.
Cuando Carter y Silva llegaron a Ayod, entre infectos pantanales, a unos mil kilómetros del lugar civilizado más cercano, el poblado funcionaba como feed-center, un centro de alimentación de la ONU. Unas 15.000 personas exhaustas que huÃan de los combates, con grave desnutrición y enfermedades como la malaria, el kala azar (leishmaniasis) o el gusano de Guinea, se concentraban allà y aquello era un verdadero festival de ayuda humanitaria. Silva y Carter, cada uno por su lado, hicieron fotos toda la mañana de aquel espanto. Cuando se reencontraron, Carter le describió la escena y se sentó a llorar: esperó 20 minutos a que el buitre entrase en plano, hizo la foto, espantó al bicho (o no, qué más da) y se marchó.
OTRO PREDADOR
Durante el año siguiente, Carter se vio alanceado con dilemas y acusaciones obtusas, cuando no estúpidas, de quienes jamás han pisado un escenario semejante, incapaces de imaginarse una realidad tan atroz como la del sur de Sudán, pero que parecÃan hacerse cargo del vértigo terrible que expresaba su foto. Un insensato llegó a escribir: «El hombre que ha ajustado su lente para captar esa foto es otro predador, otro buitre en la escena». Y yo afirmo: difÃcil ser más imbécil.
Carter acudió a toda clase de foros para ofrecer su versión de lo sucedido, pero para entonces su vida era un completo desastre. Muchos años antes habÃa intentado suicidarse, fumaba White Pipe, una mezcla de marihuana, mandrax y barbitúricos, tenÃa graves problemas familiares y una personalidad desordenada, perdÃa sus carretes de fotos en aviones y aeropuertos, arrastraba depresiones, llevaba una vida caótica y tenÃa acumuladas experiencias trágicas como para colapsar las consultas de varios psicoanalistas.
Por si fuera poco, el 18 de abril de 1994, Carter dejó a su amigo Oosterbroek y demás bang-bang de guardia en un suburbio de Johanesburgo y se marchó a conceder una entrevista a un colega, pues seis dÃas antes le habÃan comunicado la concesión del Pulitzer por la foto de la niña y el buitre. En la radio del coche escuchó que Oosterbroek y Marinovich habÃan sido heridos en una refriega nada más irse él. Voló hacia el hospital, pero Oosterbroek habÃa fallecido. Las preguntas estúpidas siguieron. Y los imbéciles, como carroñeros, haciendo de las suyas.
En fin, ¿qué otra cosa pudo haber hecho Carter por la niña? ¿Espantar al buitre? Al parecer, lo hizo, aunque los buitres (los hay a montones) habrÃan vuelto de todos modos. ¿Llevarla consigo? Bien, ¿adónde?, porque parece que nuestra conciencia acomplejada pretende imaginar que esa criatura yace en un páramo hacia ninguna parte. No es cierto. Esa criatura, reventada por el hambre y por las diarreas, que a los niños allà les desvencija el ano y les hace colgar una tripa larga pierna abajo, está a unos 20 metros de la puerta del poblado, junto a la empalizada de paja que rodea el feed-center y rodeada de gente que deambula a su alrededor. Nadie la ha llevado hasta allÃ. Simplemente, esa niña se ha sentado a defecar. SÃ, maldita sea, es el estercolero de la tribu, donde todos los suyos, de generación en generación, acuden a realizar sus deposiciones. Son gente educada, al fin y al cabo, con sus normas cÃvicas, que no permiten que uno haga de vientre en cualquier lado. ¿Será preciso decirlo en plata? ¡Esa niña ha ido allà a cagar! Y el buitre, esa bestia cobarde que parece tan atenta, no hace sino esperar a que la niña le regale su magra ración de carroña cotidiana, como también sucede con la criatura que retrató Davilla en idéntica actitud en ese lugar demonÃaco y escatológico.
No, Carter no se suicidó por un remordimiento de esa clase. Se limitó a recortar un trozo de paisaje para servÃrnoslo a domicilio. La expresividad fue su gran logro, pues la foto ejerce de metáfora certera de una realidad trágica y atroz de una guerra olvidada. No es ningún montaje: sucedió asà y Carter sólo nos troceó y nos regaló el significante; el significado lo pusimos nosotros, espectadores occidentales, atormentados por nuestra sucia conciencia y acosados por los problemas de obesidad extensiva desde la tierna infancia. Carter no era otro predador ni el ejecutor de la niña, no, sino su único redentor. La redimió y esparció la culpa al mundo, para que volviésemos los ojos por un segundo hacia la tragedia de Sudán y ayudásemos a esas criaturas a llevar su cruz olvidada. Carter no logró salvarla, pero es que eso ya (a unos más que a otros, desde luego) nos corresponderÃa a todos.
Tres meses después de la muerte de su amigo Oosterbroek, a finales de julio de 1994, Carter recogió su Pulitzer y el dÃa 27, a la vuelta, anotó en un papel que dejó en el asiento del copiloto: «He llegado a un punto en que el sufrimiento de la vida anula la alegrÃa⦠Estoy perseguido por recuerdos vÃvidos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor. Y estoy perseguido por la pérdida de mi amigo Kenâ¦Â». El dióxido de carbono de su vieja furgoneta puso el resto, pero no sabemos hasta cuándo los opinadores y moralistas seguirán haciéndole pagar a Carter que nos diese ese aldabonazo y ese susto en la conciencia. De todos modos, los niños y los buitres seguirán estando allÃ. Aunque Carter ya no esté para retratarlo.
carlos gonzález -
samanta -
anonimo -
y en ese momento me pregunte xq existe tanta miseria en el mundo...me ice muchas preguntas a las que no encontre respuestas.....
si tan solo uviera una oportunidad para ayudar a esa gente q sufre tanto...xq una persona sola mucho q digamos no puede acer!!...mucha bola no te dan...
DIOS MIO te agradezco infinitamente lo que me das me siento privilegiada ante esas personas...
opino = que argentino hay q ablar menos y actuar...no sacamos nada con criticar...
no estamos ayudando en nada con eso...
lanys -
Argentino -
CarlosPSV -
Ahora que el tal kevin nos ha mostrado el dolor de las personas en Sudan debemos que en otros lugares pasa lo mismo en estos momentos. Hagan algo moralistas cojonudos!! y dejen descansar a los muertos en paz.
ericka tipaz -
Diego Lima -
Estoy harto de todos esos moralistas de sillón que se la pasan criticando a gente que ha entregado su vida (como lo son una gran parte de los reporteros gráficos de conflicto).
Quiero preguntarles a esos "moralistas" desde donde escriben? Desde la comodidad de una casa? Conocen el hambre de cerca? Darían algo más que una puta opinión sobre el trabajo de otro, que equivocado o no, ha dado de si lo que pudo y creyó justo.
Carter se ganó el respeto de muchos de sus fotografiados. Ellos lo respetan. Pero un tonto con opiniones baratas en otra parte del mundo no.
Los felicito, han lavado su conciencia que se ensució gracias a esa fotografía. Esa fotografía que los OBLIGÓ a comprometerse, sin embargo para desembarazarse arremetieron contra el fotógrafo..."matar al mensajero". Problema resuelto, encontraron un culpable, ahora a dormir tranquilos por la noche, que el hambre en Sudan ya no existe.
Mark Antoni -
A mi tambien me ha causado un gran alboroto en mi cabeza. Regresa a mi la imagen de este pobre niño haciendo su mayor esfuerzo por llegar gateando al banco de alimentos donde tal vez le puedan dar un poco de comida para sobrevivir un día más. Acechado por buitres esperando pacientemente a que se muera si no es que algún otro depredador como un perro salvaje, coyote, gato o vibora se le adelanta.
¿Que debemos hacer? Esa es la gran pregunta. ¿Ayudarlos o ignorarlos? ¿Los ayudamos a que tengan una vida mejor y se reproduzcan o los ayudamos a que desaparezcan?
Pensemos en que ese niño es parte de una comunidad de un pueblo de 6000 habitantes. Un pueblo que ha estado luchando sobrevivir asi desde hace 500 años si no es que tal vez lleven 5000 años comenzando en una tribu de solo 12 personas hambrientas. Hoy en día 1000 madres están embarazadas. De los 400 niños que lograron nacer el año pasado este año moriran de hambre y enfermedades 350. De los 50 niños restantes solo 10 llegarán a la edad reproductiva. En efecto la velocidad de crecimiento poblacional es lento. Es por eso que solo siguen siendo un pueblo de 6000 personas y no son una ciudad de 600,000 mil o de 3,000,000 de personas.
Llegan a mi mente ideas de ayuda: Vamos a juntar el dinero suficiente para regalarle a todos condones o mejor aún regalarles la operación de vasectomía a todos los hombres de esa comunidad. No quiero que sigan trayendo al mundo nuevos niños destinados a pasar las peores de las hambres y una muerte casi segura. Pero luego me detengo y pienso. Si lo haría en 60 años esa tribu desaparecería perdiendo el esfuerzo de muchas generaciones acumuladas en cientos o miles de años por alcanzar su sobrevivencia. No, no lo veo justo. Quien soy yo para decidir sobre si esa gente tiene derecho a la vida y a reproducirse. Hasta ahora entiendo porque la iglesia católica insiste tanto en evitar todo tipo de preservativos que impidan la reproducción argumentando que solo Dios tiene ese derecho, no los humanos.
El derecho a la supervivencia. Existe una fuerza muy grande que tenemos desde antes de nacer y que es mas fuerte que nuestra propia voluntad y se llama impulso de sobrevivencia. Es tan importante ese impulso que si no fuera por ese simplemente no existiamos. Aunque se me siga criticando, insisto en que el ser humano es un simple animal más sobre la tierra. Un animal que gracias a su espiritu de sobrevivencia ha desarrollado herramientas y características durante millones de años que hoy nos dan una ventaja de supervivencia sobre otros animales.
¿No les parece maravilloso el sabor de una rica naranja? El árbol de la naranja nos ofrece a los seres humanos o a cualquier otro animal que pueda treparse en el y llevarselas un festín de sabor. Nos da vitaminas, nos da líquidos, nos da fibra; ¿y todo a cambio de que? Pues a cambio de que exista la posibilidad de que una de las semillas ahi incluidas dentro de la naranja vaya a parar en un pedazo de tierra fertil y de la oportunidad para que nazca un nuevo árbol de naranjas. El árbol con ello cumple su misión de supervivencia. Existen miles de ejemplos en otras plantas, algunas usan otro tipo de frutas placenteras, otras exageran en la belleza de sus flores para atraer a los insectos polinizadores como por ejemplo las abejas. La fuerza de la supervivencia nos hace alcanzar metas y esfuerzos que a veces parecen exagerados. Todas aquellas plantas o animales que no le atinaron en sus esfuerzos por adaptarse a su medio ambiente ya están extintas. Nunca las conocimos. Solo conocemos las plantas y animales que han aprendido a desarrollar alguna forma de supervivencia y adaptación a su medio ambiente. A veces los métodos que han encontrado son de los más crueles que ningún Dios si es que existe estaría contento de oirlo. hablo de métodos tales como algunas especies de animales que en vez de parir un solo hijo, tienen 10,000 hijos. Y saben que 9980 de sus hijos van a morir. Pero que vale la pena pues con que 20 de sus hijos sobrevivan y lleguen a la edad de reproducción es suficiente para asegurar la continuidad de la especie. ¿No les suena algo parecido a lo que sucede en la comunidad donde vive este niño que esta acechado por el buitre?
Entonces la solución no es hacerle la vasectomía a todos los hombres de la tribu. ¿Entonces cual es? Bueno pues la mayoría opina que hay que llevarles comida. Tal vez si ese banco de alimentos no estuviera tan distante de la choza donde duerme el niñito ese pueda ser que no tenga que caminar o gatear tanto por ese alimento. Pongamos un banco de alimentos justo al lado de ese conjunto de chozas. Organizemonos para que siempre exista alimento y medicinas. Estamos seguros que con nuestra ayuda de los 400 niños que nacerán este año lograremos que por lo menos 350 lleguen a la edad reproductiva y en 20 años la población crezca al doble. No importa, enviaremos mas comida y mas alimentos. Y cuando la población crezca a 2,000,000 de personas pues no importa, a ver como le hacemos para conseguirles el alimento y medicinas que necesitan pues es el mandato de Dios que debemos ayudar al projimo. Esa tierra es claro que no tiene agua ni tierras fertiles para sostener un pueblo de 600 habitantes, mucho menos para sostener un pueblo de 2,000,000 Pero son nuestras mascotas y tenemos la responsabilidad de seguirlos manteniendo. ¿No? ¿Estoy mal? ¿Que que voy ha hacer cuando me muera? ¨¿Quien va a seguir enviandoles comida y medicamentos a esa gente que depende exclusivamente de lo que les hemos enviado por los últimos 30 años? Pues que mis hijos le sigan. ¿Y si tus hijos no les va económicamente tan bien como a ti y apenas tiene para medio mantener un nivel de vida que los acostumbraste desde pequeños? Bueno pues ya habra alguien que se encargue de alimentar a esos dos millones de personas que nosotros mismos ayudamos a que se reproduzcan. Y total que ese "alguien nunca llega" o ese "alguien no es suficiente" y en el año 2030 vuelve a suicidarse un fotografo despues de tomar más fotos de niños que no logran sobrevivir porque ya no tienen más fuerzas para lograr llegar al banco de alimentos y medicinas que durante tantos años patrocinamos. O peor aún que despues de tres dias de sangrarse las rodillas llegue y se de cuenta que el banco de alimentos esta vacio.
¿Entonces no hacer nada? ¿Quedarnos aqui paradotes o irnos a ver la televisión para sacar por un rato estas imágenes de la mente? O es mejor recordar cada 5 minutos que esta gente se esta muriendo y que tu no puedes solucionarlo y gritarle al el resto del mundo es no sea tan egoista y que voltée a ver el problema y acabar dándonos un disparo como un remedio fácil para no sufrir mas de depresión.
Yo escribo estas lineas en el año 2008. Un año en que el Internet nos permite escoger que videos, que fotografías y que audios escuchar emitidos desde cualquier parte del mundo y sobre cualquier tema que se nos antoje. Gracias a esta tecnología he obtenido esa y otras fotografías de estas escenas deseperantes de algunos humanos por sobrevivir. Y que nos hace pensar que esto no ha sido asi durante los últimos 5 millones de años? Imaginemos a los humanos que durante generaciones de padres e hijos caminaron nómadas por el mundo, cruzando el estrecho de bering, recogiendo lo que la madre naturaleza les pudo proveer en su camino. Imaginense a la madre de 9 meses cansada de tanto caminar, parir a su hijo sola en una cueva o bajo un árbol mientras sus familiares estaban de cacería para regresar dos dias despues sin nada en las manos. Recibir a un hijo que reclama alimento y una madre exhausta que solo puede dar gotas de leche. Yo sinceramente no creo que haya sido nada fácil ni rápido llegar de Africa a America. Y les agradezco tanto a esos seres humanos que en su lucha por su propia supervivencia lograron establecerse en este lado del mundo y que nos permitió miles o millones de años despues tener nuestro turno de nacer, crecer y reproducirnos.
Si un extraterrestre o bien un animal mas adelantado en la cadena evolutiva hubiera donado condones o hecho la vasectomia a esas tribus de hace miles de años yo no existiria.
¿Existe un ente pensante que planeo esto? ¿Existirá este ente pensante con razosinio, voluntad y una fuerza tan grande para hacer y desahacer lo que su imaginación le permita tener tan poca conciencia y dejar al desamparo a este niño de la foto? Yo creo que solo hay de dos sopas: a) Si existe un Dios que tiene unas muy extranas formas de expresar su amor a los seres vivientes o b) No existe ningún Dios.
Quienes me conocen votarán a que me voy por la segunda.
juan de tijuas -
Juana -
Porque juzgar tanto...? A proposito...que tan cierto es que si alguien en estas condiciones (Tal grado de desnutricion) es alimentado...no aguantaria y moriria...? ahi queda la inquietud
Dor -
Marcelo -
Yolanda -
Es muy sencillo criticar a a Kevin Crater por abandonar a la niña, sí, todos decimos que la hubieramos ayudado, pero es muy facil decirlo desde el sofa de nuestra casa. Él aporto su grano de arena al mundo, aunque no parezca importe el abrio los ojos a mucha gente, y gracias al impacto mediatico que causó su trabajo consiguió "insuficientes" ayudas.
No defiendo al periodista, para nada, ya que yo personalmente no creo que hubiera sido capaz de dejar a una niña alli, sola. Al menos hubiera intentado hacer algo por ella, aunque no hubiera servido para nada, porque una vida humana vale más de lo que la gente se piensa. Pero yo hablo desde la ignorancia.
Kevin Crater habia renunciado a las comodidades del primer mundo para vivir en el infierno,y no solo eso, tambien arriesgaba su vida cada dia, y para mi, si al menos consiguio que una sola persona reflexionase sobre en que clase de mundo vivimos, valio la pena lo que hizo, no el abandonar a la niña, sino luchar por conseguir una foto conmovedora. Para nosotros es muy facil olvidar las cosas que suceden en ese lugar, basta con apagar la tele, pero el problema no desaparece, sigue ahi y hay muchas personas que sufren; personas que podiamos ser nosotros.
Por eso, yo creo que no deberiamos perder el tiempo si Kevin Carter hizo bien o se comporto como un mostruo, todo eso son cuentiones insignificantes, deberiamos criticar a aquellas personas que verdaderamente son responsables del problema; a aquellos que no les conviene que ese pais, o su pais, salga adelante.
(Me gustaria que me dierais vuestras opiniones)
Arthur Mandela -
Esta foto es un índice acusador sobre la aburguesada indiferencia de los países desarrollados, y eso molesta, por supuesto, a los que preferirían vivir en un mundo sin problemas. Los que vivimos en países empobrecidos por la vagabundería de sus políticos y la estupidez de los pueblos que los eligen conocemos de cerca el drama de la niña sudanés, la crueldad del buitre acechante y el infierno de quienes, como Carter, se atreven a denunciarlo.
richey edwards -
Juan Pérez -
Un cabrón menos, pero al menos este ha pagado.
Joe -
nimnaiz -
si alguien es capaz de marcharse como si nada pasara despues de ver esto sin ningun tipo de remordimiento, no puede ser capaz de suicidarse por mala conciencia.
Lore -
Jien -
José Fuentes -
Anónimo -
Dos accidentes donde salió ileso y un suicidio frustrado.
Y al final, fotografiar lapresencia de la muerte le costo la vida.
Con todos mis respetos, creo que la crítica es totalmente desmesurada. Incluso, hipócrita.
Sin duda, la crueldad que se aprecia en la fotografia es brutal, despreciable, en cierta medida.
Pero creo que deberíamos situarnos en su lugar (por cierto, no se sabe si ayudo a la niña, pero sí que espantó al buitre)y tratar de enterder su punto de vista.
a nosotros, los espectadores, se nos presenta como una situación aislada, pero lo cierto es que estas escenas se repiten constantemente. y supongo que al final, todos llegaríamos a comportanos como Carter.
Espero que no te moleste mi critica. Saludos.
buensancho -
BaYa -
De cualquier manera, no me parece nada valiente ni tampoco profesional calificar de buitre alguien que ya murió, además básicamente por culpa de la fama que esta foto le proporcionó. Un buitre muerto es Pinochet y uno vivo - Bush o José María Aznar (como mucho Jiménez Losanto). Pero no alguien que quiso hacernos ver lo que de verdad pasaba en Sudán en el 94; aunque sacara una fama inmerecida o incorrecta.
Y bueno, creo que es todo lo que tenía que decir.
Juan -
Yo en mi blog la colgué junto a la foto, y en mi nuevo blog http://sisolomusica.blogia.com (donde por fin y gracias a tus indicaciones ya cuelgo canciones) espero hacerlo pronto, pués iré poniendo los artículos viejos de este.
Sigue así y a cuidarse, y si te pasas a ver alguna de mis bitácoras (se me olvidaba que no te gustaba lo de "blog") ya dirás algo (aunque también sé que no eres amante de los comentarios). Desde Zaragoza, saludando al verano (37º) un abrazo.
Juan