UEFA Champions League 2006: Crónicas
“Son dioses en disputa, jugándose el reinado sobre tristes mortales (…) El nacimiento eterno de los ídolos y la perenne caída de los dioses. La inexplicable valentía del cobarde, el momento en que tiembla, el maldito valiente. El terreno sin dueño donde los desgastados pueden volverse dioses.”
Dicen que hay una y mil formas de visitar los infiernos una de ellas relatada por Dante Alighieri en la Divina Comedia, otra de ellas menos afortunadas la que vivió Juan Román Riquelme y todo Villareal en el minuto 89 cuando erraba un penal frente al Arsenal de Inglaterra, el penal que pudo trasportarlos a una de las máximas glorias terrenales.
"Riquelme amasó el balón entre sus manos. Lo limpió. Lo besó. Lo secó. Y lo remató con fuerza con su pierna derecha, pero Lehmann le adivinó la intención y le desvió el lanzamiento. Una pena, una desgracia, pero fue bonito, muy bonito y apasionante mientras duró".
Adiós Fútbol Cruel: La sensación de gloria duro menos de 1 minuto, el minuto suficiente para rogar a los dioses que esa forma redonda bese las redes. Pero tenia que ser Riquelme, el capitán de ese transatlántico que todos juraban que era submarino, ese transatlántico imposible de hundir, el mismo que había pasado por Inglaterra hundiendo al Manchester United, en Portugal había destrozado al Benfica, en Escocia al Rangers y en Milán exorcizó los sueños del Inter… Tenia que ser Riquelme, el ídolo del momento en Villareal, que se paro en ese universo de 12 pasos con la cara victima y no de un asesino, escrito estaba y el dilema de “Pena Máxima” fue para el que traía el arma asesina. Dicen que los ídolos nunca caen completos dicen que la gente devora los pedazos y Riquelme lo sabia desde el instante en que Lehmann le ganó la partida al adivinar su lanzamiento. Era un hombre muerto. Su error llenó de lágrimas El Madrigal y vació las miles de maletas que estaban prestas para viajar a París.
Tres pitidos anunciaron el final del partido, como si fuera un criminal Juan Román se tapo el rostro quizás sintió vergüenza, quizás quería llorar en solitario, quizás quería morirse. Ni se despidió de la grada ni pidió perdón ni supimos si estaba al borde del infarto. También dejó el estadio sin abrir boca. Se marchó por la puerta de atrás. Por la de los perdedores. Al final, El Madrigal coreó su nombre para mitigar su pena. Era demasiado gravosa para limpiarla con una oleada de buenas intenciones.
Riquelme bajó a los infiernos, no lo guió Virgilio como a Dante, bajo solo su alma mientras su cuerpo quedaba frió en el centro del Madrigal, sus otros 10 hombres en el campo de batalla que habían peleado lado a lado en ese universo de 90 minutos, entre ellos el boliviano Juan Manuel Peña, quedaban absortos viendo al ángel caído, viendo al transatlántico hundiéndose después de recibir el golpe de un iceberg llamado Arsenal.
Y mientras Riquelme bebía el peor de los venenos, esos que no matan pero roen el alma, al otro lado Lehmann el devorador de sueños que al contrario de Riquelme, cambio el papel de mártir para ser un ídolo, convirtió la pared de fusilamiento bajo los 3 palos en su bunker, ese rincón donde dicen que cuando lo pisa un arquero nunca crece de nuevo el césped. Por definición un arquero es el penitente o el payaso de las bofetadas… Lehmann cambio eso, el se convirtió el en verdugo y dejo que Riquelme se pose en sus manos con toda confianza para luego cerrarlas y exprimir su alma.
Arsenal a la cabeza de Thierry Henry lo hizo mas fácil, en la primera ronda gano todo de ida y vuelta, solo el Ajax logro rasgarle un punto de visitante. Después, junto con el Arsenal, llego la eliminación del Real Madrid al Santiago Bernabéu, tiempo mas tarde la Juventus se rindió a los pies de Cesc Fabregas y toda su artillería cañonera. Las manos de Lehmann y la caída del Villareal, anotan al Arsenal por primera vez en una final de la liga de campeones.
Por los pasos del Barsa
El otro finalista que va de mas a menos es el Barcelona F.C. en la ronda eliminatoria ganaron todo, muchas goleadas, humillaron en casa y de visitante, y al igual que el Arsenal solo tuvieron un empate a manos del Panathinaikos. En el grupo C clasificaron primeros junto con el Bremen.
En los octavos de final se vivió una final adelantada, por esos juegos del destino como un año antes les toco jugar con el Chelsea y el 2006 pensaban cambiar la historia del año anterior donde los azulgranas fueron eliminados a manos de los azules del Stamford Bridge.
Para recordar los pasos victoriosos del Barcelona hay que anotar con negrillas y mayúsculas el choque con el Chelsea que en ese tiempo, y ahora mismo, corría el peligro del aburrimiento: con 66 puntos, llevaba una ventaja de 12 puntos al Manchester United y nada menos que 25 al Arsenal. En España el Barsa corría tranquilo ganando todo y siendo primero en la liga. Ambos equipos con estilos muy diferentes hacían de este partido un clásico Europeo, el Chelsea es el estilo del nuevo rico, fuerte, directo, de pocos escrúpulos pero al mismo tiempo susceptible e inseguro ante los grandes clubes europeos. El del Barcelona es el estilo del aristócrata, seguro de sí mismo, conocedor de los resortes del poder, que hace un culto de la belleza y detesta las estridencias de los demás.
La batalla de ida la gano el Barcelona 1-2, nada mas y nada menos que en el refugio del Chelsea, el Stamford Bridge, las figuras fueron Messi, Ronaldinho y el francotirador camerunés Samuel Eto’o. El partido de vuelta en el Camp Nou solo sirvió para firmar el pase a los cuartos de final.
Para llegar a la semifinal el Barsa pasó por encima al Benfica con 2 goles en casa y un empate a cero en Portugal. En la semifinal se toparon con el AC Milán ganando en terreno ajeno el partido de ida en San Siro por 1-0. La vuelta en terreno español un empate a cero en un partido mediocre solo confirmo el buen momento y la suerte que trae Frank Rijkaard y sus dirigidos.
Francia 17.05.2006
El Arsenal festeja su histórico pase a las finales, ya sabe como se siente ganar y humillar a un equipo español y agazapado espera al Barcelona que muestra en sus lanzas las cabezas del Chelsea y el A.C. Milán como mayores trofeos de guerra.
Arsenal espero toda su vida para encontrarse en lo mas alto de la mayor competencia europea de clubes, busca su primer titulo continental y bañarse de gloria de la mano de Cesc Fabregas, Jens Lehmann y Thierry Henry. Barcelona confía que en sus filas tiene al mejor jugador del mundo, Ronaldinho, ese mismo que un día la diosa del viento beso sus pies, confía en la habilidad del camerunés Eto’o y en la habilidad táctica de Rijkaard.
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