Calvin, Hobbes & Blake: Después vendrían otros tigres...
"Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción".
De los Proverbios del infierno de William Blake
Calvin: Tigre, tigre, que te enciendes en luz, por los bosques de la noche. / Blake escribió eso. Aparentemente el tigre estaba en llamas, quizás porque su cola fue golpeada por un rayo o algo así. / Tigres inflamables. Que loco tema para poesía.
Hobbes: Esto es porque intento dormir durante la mayor parte del día.
Blake, Borges, Calvin, Hobbes y otros tigres
Un tema recurrente y tan maleable por donde se lo mire, tema ya cosechado por el forastero en su articulo Calvin, Hobbes y Borges y que yo mismo aproveche para lanzar al aire a Calvin & Hobbes: Poemas & Tigres y que hoy vuelve disfrazado en forma de análisis, El tigre visto por Blake que después uso Borges y Watterson.
Un poco sobre Blake
Poeta, pintor, médium, loco, genio místico-vidente y grabador inglés, creador de una forma de poesía única acompañada de ilustraciones. Su poesía, inspirada por visiones místicas, se encuentra entre las más originales y proféticas de la lengua inglesa, y supone el rechazo de las ideas del movimiento ilustrado en favor del romántico.
El niño William Blake escandalizaba a sus padres con los relatos que del jardín o de la calle traía: acababa de ver un coro de ángeles, una procesión de hadas. Con los años fue poniendo más énfasis en la afirmación de sus aventuras: no veía ángeles sino demonios y hasta había entablado relaciones personales con algunos de ellos. Ya anciano, reincidió diariamente; y en sus últimos momentos, después de entonar cantos de dicha y de alabanza, llamó a su esposa para advertirle: estos cantos no son míos, no son míos.
Una mañana, el Niño sentado en una nube le dijo: "Canta tus cantos de perfecta dicha... El canto del Cordero." Y Blake escribió sus "Cantos de inocencia" para que todos los niños, al oírlos, se alegrasen. En esos cantos la inocencia está representada por la perfecta dicha que aún no ha envejecido lo suficiente para tener nombre: la del recién nacido. Pero esa dicha formula de pronto preguntas y reclama respuestas. Nace la experiencia, y con ella los nuevos cantos del poeta: "Tigre, ¿qué mano, qué ojo inmortal formó tu tremenda simetría?" El tigre, el insecto, la oruga; siempre motivos próximos a la dicha perfecta del niño sin nombre; los pájaros del cielo y los lirios del valle.
Ambos Cantos el de la inocencia y la experiencia se convirtieron en sus poemas más populares, frescos, directos y notables por su elocuencia. De hecho, cuando se leen en conjunto, se descubre que las dos series de poemas presentan numerosas analogías. Inocencia y experiencia, "los dos estados opuestos del alma humana", contrastan en dos piezas como El cordero y El tigre, que representan respectivamente la inocencia de la niñez y la corrupción y la represión de la vida adulta.
...el tigre de fuego de Blake
Para interiorizarnos de la personalidad sin duda insólita de Blake, nada mejor que hurgar en la síntesis de la literatura. Blake fue uno de los grandes místicos de Inglaterra, dueño de un pensamiento original, y en esto Borges se le pareció. El tonto decía Blake no entrará en el Paraíso, por más santo que sea; opinó que la redención del hombre debe ser también estética y que así lo entendió Jesucristo, enseñando su doctrina en parábolas, es decir, en poemas. Entre otras reflexiones igualmente atrayentes, declaró que prefería la venganza al perdón; razonaba que toda persona injuriada quiere vengarse, y si no lo hace, se enfermará su alma por obra de ese deseo insatisfecho. Siempre lo atormentó el problema del mal, y por esto nos interesa el concepto: se preguntaba en qué yunques y fraguas Dios, que hizo el cordero, forjó el tigre...
"Tigre, tigre de reluciente ardor, / en las selvas de la noche: / ¿qué mano, qué ojo inmortal, / pudo trazar tu aterradora simetría?"
Fragmento de "El Tigre", William Blake
Blake, según Borges y el oro de los tigres
Los tigres motivaron su estirpe de símbolos. Y también fascinaron a los poetas. Al ya mencionado inglés del siglo XVlll, William Blake, y a un argentino de la pasada centuria: Jorge Luis Borges. Borges sintió su inicial arrebato de fascinación por el felino al observar por primera vez, con ojos asombrados de niño, la jaspeada estampa tigresca en la Enciclopedia Británica. En uno de los recodos de su obra, talla en el mármol de su poesía el poema El otro tigre y que lo volvieron reincidente en el oro de los tigres. La inercia lo llevo a leer a Blake y enamorarse de su tigre de fuego.
Desde niño Borges fue fascinado por el felino, tanto que alguna vez el niño Borges dibujo a un tigre (y coloco el dibujo en el espejo); en sus sueños, el tigre crece y crece hasta llegar a ser grande como la casa y jugar con la luna como si fuera una pelota. Y por si fuera poco sale al aire ese célebre proverbio que pudo haber inventado Borges niño: para ser fuerte como un tigre no hay que comerse el tigre, sino comer lo que el tigre come.
Izquierda: El Tigre, visto por Calvin. Derecha: El tigre, visto por Jorge Luis Borges.
¿Envió Dios a los rebeldes un cordero o un tigre? Ésa es la pregunta que Harold Bloom se hace ante El Tigre que en las Canciones de inocencia y de experiencia incluye William Blake. Borges escoge al tigre de fuego, en su oro de los tigres, de las Canciones y no al pobre tigre andrajoso, desaliñado y triste del dibujo con el que Blake acompaña su poema. El tigre del dibujo no interesa a Borges, porque es un tigre que simboliza la realidad cotidiana. Le interesa el tigre de oro, el tigre metáfora de un sol encarcelado, el tigre metáfora de Draupnir que engendra la crueldad de lo eterno. A la ceguera del tiempo sólo le es permitido un color: el del oro de los tigres, de los ponientes, de los mediodías gloriosos, de los cabellos dorados que cantan los grandes poemas de amor, esos grandes poemas de amor que también son este poema.
Blake y sus tigres, según Watterson
Tigres inflamables. Que loco tema para poesía
Calvin
Watterson parece haber leído y releído a Blake, coincidentemente al leer sus proverbios del infierno me encuentro con la que dice Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril. Watterson cita el proverbio, cuando Calvin y Hobbes charlan sobre la humanidad y su compatibilidad con la naturaleza.
La visión de Dios de Blake, también es citada en Calvin & Hobbes, el ejemplo mas claro surge de Songs of Experience, donde Dios es asumido como un tirano vengador que hace reinar el mal. Calvin repite el mismo concepto al ser golpeado por Moe (el niño maton de la escuela).
La primera tira es quizá la más directa y textual que usa Watterson. Calvin menciona a Blake y utiliza un fragmento del poema el tigre que William Blake escribiría en sus Canciones de experiencia. A contrapartida, Watterson aprovecha el fraseo y el simbolismo de Blake en forma irónica en el segundo cómic, donde las preguntas en base al tigre surgen casi satíricamente.
Alegoría y homenaje de un niño que tiene en su tigre a su mejor amigo, como lo fue para Borges o quizás para Blake y compartieron con él sus sueños desbordados por la imaginación.
El estilo de Blake se considera confuso, extraño e incongruente en muchas ocasiones, donde los tonos saltan de manera inarmónica y desmesurada. Se supone que sus poesías mantienen mensajes subliminales, es decir, que requieren de una lectura entre líneas, donde las contradicciones son claves que se deben interpretar.
Toda la poesía romántica se basa en el poder de la imaginación, aspecto fundamental para entender la obra de William Blake y porque no? También se podría usar el concepto con el cómic de Watterson en su Calvin y Hobbes.
Vea Además: El tigre (poema y grafica) William Blake
4 comentarios
JONAS -
R. -
Juan Pablo Rosa -
asi que el maestro leía a Blake... que grox que es ese tipo...
mm mijg -
nunca los he entendido