¿Pueblo enfermo o país suicida?
"Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción"
Simon Bolivar (1783-1830)
¿Pueblo enfermo o pais suicida?, es una de las tantas preguntas que se hace Samuel Mendoza en el sector de Opinion de El Diario, el periodico boliviano, la misma consulta me hice yo hace un año atras, ¿Nacion suicida?, era mi pregunta en ese entonces.
Desde ese año atras para adelante, no ha cambiado nada, las opiniones siguen siendo las mismas, sin entender como podemos morir de hambre, teniendo el pan frente a nosotros.
¿Por qué Bolivia, que tiene infinidad e inagotables recursos naturales, superiores a los que tienen otros países latinoamericanos, está en el último o, en el mejor de los casos, penúltimo lugar en materia de desarrollo y entre los primeros lugares mundiales de pobreza? Es la pregunta que se hacía hace pocos días un comentarista norteamericano. A su vez, la BBC de Londres decía que, "en el país de la inestabilidad reina la incertidumbre". Bolivia ha sido y sigue siendo noticia en los últimos días, internacionalmente. CNN en español e inglés; la BBC de Londres, Radio Francia Internacional, Deutsche Welle, Radio Nederland, entre muchos medios internacionales de comunicación, se han ocupado extensamente de nuestro país. Y lo han hecho no para elogiar, aplaudir, admirar o destacar algo bueno que hubiera ocurrido, sino para describir el estado de anarquía y caos en que se desenvuelve este país conflictivo que se llama Bolivia.
Revisando nuestra historia, constatamos, una vez más, que en Bolivia nunca hubo un tiempo de paz social, de trabajo productivo, de armonía, de bienestar y, en fin, de desarrollo nacional en democracia. Duele constatar que en tiempos de algunas dictaduras militares, el país vivió en ambiente de tranquilidad y se avanzó hacia el progreso. Lamentablemente, desde el advenimiento de la democracia (1982 hasta nuestros días), no sólo que no se avanzó, sino que en gran medida se hizo el camino inverso, se fue hacia atrás. Prueba de ello es el hecho de que, si antes el país estuvo en manos de profesionales del más alto nivel intelectual, político y cívico, ahora está en manos de elementos poco menos que analfabetos que, incapaces de luchar por sus ideales con la palabra y la lógica, apelan a métodos terroristas brutales como son los bloqueos con destrucción de carreteras, para hacer valer sus errados argumentos.
Esos individuos no tienen sentido de patria, no saben de responsabilidad ciudadana. No les importa que sufran o mueran niños, ancianos, hombres y mujeres en las carreteras bloqueadas y dinamitadas. Para los terroristas, el bloqueo es una gloria, así tengan que morir seres inocentes.
Irónicamente, Bolivia da envidia a muchos otros países por la cantidad de recursos naturales y atractivos turísticos que posee en su territorio. A la inversa. Aquellos que se arriesgan a invertir en obras de desarrollo, sufren el boicot de parte de elementos ignorantes, envidiosos y bloqueadores, como ocurre en el Chapare, en los Yungas y en otras regiones del país. A pesar de sus inagotables recursos naturales y turísticos, Bolivia resulta ser, irónicamente, el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo, siempre mendigando migajas de otras naciones. Con toda razón se afirma que Bolivia es un país suicida y cuánta más razón tenía el gran escritor Alcides Arguedas cuando calificaba al boliviano como "pueblo enfermo".
Se cuenta desde hace marras que Dios puso en Bolivia, para envidia de otros países, infinidad de recursos naturales, pero que, a cambio, le dio la peor gente. Y en eso estamos; en que Bolivia está en manos de la peor gente que, con soberbia e ignorancia, es capaz de doblar el brazo de los gobernantes y de someter a todo un pueblo, a nueve millones de personas, a un injusto y brutal bloqueo permanente. ¿Hasta cuándo? ¿Cuánto más el pueblo va a soportar la acción inicua de anarquistas, castrocomunistas, chavistas, narcotraficantes que despliegan la nefasta obra bloqueadora? La paciencia tiene límites; pero en Bolivia la paciencia ha sobrepasado todos los límites.
La incapacidad, la irresponsabilidad y la cobardía del Fiscal General y de los fiscales departamentales que graciosamente afirman que bloquear y destruir carreteras atentando contra la vida de miles de personas y contra la Nación entera no es delito, son ciertamente vergonzosas e inauditas.
Quizás la decisión del presidente Carlos Mesa de proponer la convocatoria a elecciones generales para el 28 de agosto de este año, no sea la solución ideal, pero es una muestra clara de que también su paciencia se agotó. Pudo esgrimir las armas que la Constitución le confiere para acabar con la anarquía y el caos, pero no lo hizo. Sólo Dios juzgará sus acciones y roguemos una vez más al Creador que salve a Bolivia de mayores males.
Simon Bolivar (1783-1830)
¿Pueblo enfermo o pais suicida?, es una de las tantas preguntas que se hace Samuel Mendoza en el sector de Opinion de El Diario, el periodico boliviano, la misma consulta me hice yo hace un año atras, ¿Nacion suicida?, era mi pregunta en ese entonces.
Desde ese año atras para adelante, no ha cambiado nada, las opiniones siguen siendo las mismas, sin entender como podemos morir de hambre, teniendo el pan frente a nosotros.
¿Por qué Bolivia, que tiene infinidad e inagotables recursos naturales, superiores a los que tienen otros países latinoamericanos, está en el último o, en el mejor de los casos, penúltimo lugar en materia de desarrollo y entre los primeros lugares mundiales de pobreza? Es la pregunta que se hacía hace pocos días un comentarista norteamericano. A su vez, la BBC de Londres decía que, "en el país de la inestabilidad reina la incertidumbre". Bolivia ha sido y sigue siendo noticia en los últimos días, internacionalmente. CNN en español e inglés; la BBC de Londres, Radio Francia Internacional, Deutsche Welle, Radio Nederland, entre muchos medios internacionales de comunicación, se han ocupado extensamente de nuestro país. Y lo han hecho no para elogiar, aplaudir, admirar o destacar algo bueno que hubiera ocurrido, sino para describir el estado de anarquía y caos en que se desenvuelve este país conflictivo que se llama Bolivia.
Revisando nuestra historia, constatamos, una vez más, que en Bolivia nunca hubo un tiempo de paz social, de trabajo productivo, de armonía, de bienestar y, en fin, de desarrollo nacional en democracia. Duele constatar que en tiempos de algunas dictaduras militares, el país vivió en ambiente de tranquilidad y se avanzó hacia el progreso. Lamentablemente, desde el advenimiento de la democracia (1982 hasta nuestros días), no sólo que no se avanzó, sino que en gran medida se hizo el camino inverso, se fue hacia atrás. Prueba de ello es el hecho de que, si antes el país estuvo en manos de profesionales del más alto nivel intelectual, político y cívico, ahora está en manos de elementos poco menos que analfabetos que, incapaces de luchar por sus ideales con la palabra y la lógica, apelan a métodos terroristas brutales como son los bloqueos con destrucción de carreteras, para hacer valer sus errados argumentos.
Esos individuos no tienen sentido de patria, no saben de responsabilidad ciudadana. No les importa que sufran o mueran niños, ancianos, hombres y mujeres en las carreteras bloqueadas y dinamitadas. Para los terroristas, el bloqueo es una gloria, así tengan que morir seres inocentes.
Irónicamente, Bolivia da envidia a muchos otros países por la cantidad de recursos naturales y atractivos turísticos que posee en su territorio. A la inversa. Aquellos que se arriesgan a invertir en obras de desarrollo, sufren el boicot de parte de elementos ignorantes, envidiosos y bloqueadores, como ocurre en el Chapare, en los Yungas y en otras regiones del país. A pesar de sus inagotables recursos naturales y turísticos, Bolivia resulta ser, irónicamente, el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo, siempre mendigando migajas de otras naciones. Con toda razón se afirma que Bolivia es un país suicida y cuánta más razón tenía el gran escritor Alcides Arguedas cuando calificaba al boliviano como "pueblo enfermo".
Se cuenta desde hace marras que Dios puso en Bolivia, para envidia de otros países, infinidad de recursos naturales, pero que, a cambio, le dio la peor gente. Y en eso estamos; en que Bolivia está en manos de la peor gente que, con soberbia e ignorancia, es capaz de doblar el brazo de los gobernantes y de someter a todo un pueblo, a nueve millones de personas, a un injusto y brutal bloqueo permanente. ¿Hasta cuándo? ¿Cuánto más el pueblo va a soportar la acción inicua de anarquistas, castrocomunistas, chavistas, narcotraficantes que despliegan la nefasta obra bloqueadora? La paciencia tiene límites; pero en Bolivia la paciencia ha sobrepasado todos los límites.
La incapacidad, la irresponsabilidad y la cobardía del Fiscal General y de los fiscales departamentales que graciosamente afirman que bloquear y destruir carreteras atentando contra la vida de miles de personas y contra la Nación entera no es delito, son ciertamente vergonzosas e inauditas.
Quizás la decisión del presidente Carlos Mesa de proponer la convocatoria a elecciones generales para el 28 de agosto de este año, no sea la solución ideal, pero es una muestra clara de que también su paciencia se agotó. Pudo esgrimir las armas que la Constitución le confiere para acabar con la anarquía y el caos, pero no lo hizo. Sólo Dios juzgará sus acciones y roguemos una vez más al Creador que salve a Bolivia de mayores males.
10 comentarios
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