...Y que quizo decir Goni?
El domingo pasado Gonzalo Sanchez de Lozada dio un mensaje a la nacion...
El mensaje del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, a casi un año de su derrocamiento, dejó solamente eso: sabor a poco. Se trató de un mensaje demasiado obvio como para haber concitado tanta expectativa en el país. El ex Presidente pidió una investigación a fondo de los hechos de octubre pasado, lo que debe estar incluido en el juicio de responsabilidades; sugirió que el juicio debería incluir a todos los actores (pudo adelantar algo más sobre los participantes); aclaró que no se considera el responsable único de las 58 muertes registradas en esos dramáticos días (también pudo decir por qué); confesó que sintió pena por lo sucedido (otra obviedad ante la gravedad de los hechos); e insistió en que no se llevó ni un centavo de los gastos reservados al exterior.
A casi un año de su exilio en Estados Unidos, se esperaba un poco más de Gonzalo Sánchez de Lozada, como por ejemplo, su criterio sobre la marcha del país, del referéndum, su criterio sobre la nacionalización de los hidrocarburos, lo que piensa sobre las agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas, y qué cree que sucederá como resultado de la Asamblea Constituyente. Si el ex Presidente le hablaba al país un minuto más pudo haber colmado la curiosidad de la gente que esperaba alguna reflexión.
Ahora bien, existen estrategias jurídicas o políticas que pueden haber aconsejado a Sánchez de Lozada no decir nada más de lo que habló. Eso ya está fuera de toda discusión porque serán sus abogados y sus asesores quienes le digan lo que debe hacer. Pero es innegable que el ex Presidente perdió una oportunidad de oro, en un momento muy preciso, para haber dicho algo más, y no haberse quedado con unas pocas frases archisabidas y luciendo un rostro patético. Además, el ex Presidente, para lo poco que dijo, lo debió decir cuando fue derrocado.
El mensaje del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, a casi un año de su derrocamiento, dejó solamente eso: sabor a poco. Se trató de un mensaje demasiado obvio como para haber concitado tanta expectativa en el país. El ex Presidente pidió una investigación a fondo de los hechos de octubre pasado, lo que debe estar incluido en el juicio de responsabilidades; sugirió que el juicio debería incluir a todos los actores (pudo adelantar algo más sobre los participantes); aclaró que no se considera el responsable único de las 58 muertes registradas en esos dramáticos días (también pudo decir por qué); confesó que sintió pena por lo sucedido (otra obviedad ante la gravedad de los hechos); e insistió en que no se llevó ni un centavo de los gastos reservados al exterior.
A casi un año de su exilio en Estados Unidos, se esperaba un poco más de Gonzalo Sánchez de Lozada, como por ejemplo, su criterio sobre la marcha del país, del referéndum, su criterio sobre la nacionalización de los hidrocarburos, lo que piensa sobre las agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas, y qué cree que sucederá como resultado de la Asamblea Constituyente. Si el ex Presidente le hablaba al país un minuto más pudo haber colmado la curiosidad de la gente que esperaba alguna reflexión.
Ahora bien, existen estrategias jurídicas o políticas que pueden haber aconsejado a Sánchez de Lozada no decir nada más de lo que habló. Eso ya está fuera de toda discusión porque serán sus abogados y sus asesores quienes le digan lo que debe hacer. Pero es innegable que el ex Presidente perdió una oportunidad de oro, en un momento muy preciso, para haber dicho algo más, y no haberse quedado con unas pocas frases archisabidas y luciendo un rostro patético. Además, el ex Presidente, para lo poco que dijo, lo debió decir cuando fue derrocado.
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