Bolivia: La miseria y la crisis...

Entre las miserias están las formas de pensar y hacer política enmarcadas en una tradición que lleva dos décadas: pactos de gobernabilidad, monopolio de la representación, descalificación y estigmatización de enemigos, mediocridad administrativa, cálculo y manipulación y, separación tajante entre Estado y sociedad civil. El esquema mental de sustento son concepciones genéricas de la política, desde la creencia en supuestos fines: la postulación de un orden político preestablecido, en el mejor de los casos; o de un hiperrealismo donde todo se reduce a relaciones de poder, en el peor.
La política o es la búsqueda de un mundo establecido como 'bueno' a partir del autocontrol de los miembros de la sociedad; o es acción estratégica para el mantenimiento e incremento del poder de unos sobre otros. La primera nos lleva al extremo de la creencia platónica de pensar la política como técnica: la acción de poner las cosas en su lugar, de gobernar y administrar de acuerdo a lo establecido por un modelo ideal de sociedad. La segunda nos lleva a la concepción de la política como lucha o juegos de poder e intereses donde, asimismo, es técnica de manipulación y control: la victoria de una voluntad.
En la primera la política se reduce a discurso y verborrea para transformar las formas de ser, sentir y apetecer de la sociedad, en 'bien común'. De seres mezquinos y egoístas a seres buenos y virtuosos. La política es la buena intención y el sacrificio por los demás, es pensar más allá de uno mismo. Por ello, se la considera una virtud de personas ilustradas, civilizadas y correctamente formadas.
En la segunda, la política se reduce a práctica y combate en función a un fin individual o grupal, es ganar sin importar el medio ni la forma, son luchas de bandas de ladrones para afirmar poder mediante cualquier recurso: desde la manipulación discursiva vía medios de comunicación, o vía las armas y el dinero.
Ambas definen formas de hacer política, la primera se limita a inmovilismo de la indecisión, administrar lo establecido tanto desde la fe ciega de actuar en función al 'bien común', como en la posición de circunscribirse a un marco de certidumbre para no cambiar nada: el legalismo. Aquí el político, es un intelectual que se piensa imparcial, limpio y correcto. En la segunda, la política es acción discrecional, es técnica del disfraz y manipulación de los que sienten que tener poder es no respetar nada y parecer como que sí, es ser profundamente mezquino pero aparecer como correcto y bueno. Sin embargo, entre las posibilidades de la crisis, la política aparece como evento y experiencia de la sociedad, práctica de disrupción del orden sin concepción preestablecida.
La política se configura como una concepción y una práctica que pretende estabilizar expectativas egoístas en un marco de equidad y justicia, es abrir una brecha para luchar por fines particulares, marcando un rumbo colectivo y posible.
1 comentario
Generic Levitra -
http://www.samrx.com/buy-generic-levitra.aspx