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La Paz a 456 años de su fundacion... entre contrastes y sopapos

La Paz a 456 años de su fundacion... entre contrastes y sopapos La Paz, mi ciudad, con tus mejillas de laderas y tus marchas sin motivo, y tus frutas esparcidas, el montículo tu ombligo, y hasta tienes una ceja que parece un hombro eterno, y tu jopo de Illimani, y tus ríos con ruleros.
Dicen que cumples no sé cuantas letras de años, pero no creo, desde aaantes estabas, con tu espinazo andino reflejando al mundo, con tus hijos construyendo gigantes templos de piedra, con tus isphis gambeteando un lago de mares. La Paz, mi ciudad, con tus poros de caseras, tu derrumbe permanente, tus lunares de heladeros, tus abuelas con sus lentes. Pese a todos, cada día estás más linda, dramática, mujer sabia, Pachamama, anfiteatro de grandes acontecimientos. Aquí, en La Paz, los ríos tienen ruleros y, los que no, se comen hombres y casas . Aquí, en La Paz, se cuelgan presidentes, las naranjas voltean tanques, los mineros se suicidan dando vida, los llok’allas del Ayacucho sacan gobiernos a mochilazos, se desentierran muertos después de un año como anticrético. Aquí todo es de verdad, tu cielo, tu altura, tus laderas que se chorrean. La Paz, mi ciudad, con tu jolke en Munaypata, te has comido las estrellas y hasta tienes graderías con sus amores a medias.
Y siiigue el hambre marchando lentamente por El Prado, mientras en los pasillos del poder siiigue engordando la mentira. Siiigue la morenada todo el año bailando, mientras Fontana se ha reencarnado en otro gauchito tigre defensor. Siiiguen los embajadores cenando con los mismos giles mientras la coral nova siiigue cantando ahora con sus hijos. La pasankalla siiigue dulce y seca, siiigue envuelta Las Velas en sus chorizos y peleas, los ociologos siiiguen presentando libros sobre hechos que ven por tele, los maestros de taxi siiiguen jugando campeonatos que se prolongan en espectaculares farras... siiigue el Bolívar conquistando títulos nashonales y perdiendo afuera con gran experiencia.
La Paz, mi ciudad. Con tus canchas inclinadas y tus perros disecados, ...utopista¡ cementerio¡, con tu muelita del diablo. Y siiiguen los artigas en la Yungas, la clefa en la Garita, las putitas plurimultittuttifruti, el acto cívico con el dos-tres, con el mismo tambor, con el mismo sabor, con el mar que siiigue sin ser nuestro, con la misma pobreza y la misma queja del que vive aquí a la fuerza mientras en el preste siiiguen ingresando los cajones de cheva con cargador.
Tal vez un poquito has cambiado, la clase media es cuarta, ya no hago reír con la mamada, a los oligarcones ni se los ve, la Eloy se ha chorreado en tus esquinas. Por lo demas, mientras todo siiiga así, nos quedamos a adorarte, a bancarte con tus euforias y tus días de regla, a amarte con tus luces y tus sobras, con ese espectáculo congelado de verte de arriba, con la cuchillada precisa del cogotero, con tu magnífico crecimiento de pis hacia el sur. La Paz, mi ciudad, con tus mejillas de laderas y tus marchas sin motivo, y tus frutas esparcidas, el montículo tu ombligo, y hasta tienes una ceja que parece un hombro eterno, y tu jopo de Illimani, y tus ríos con ruleros.
Porque, como decía el que dijo, sólo morirás cuando muera el último de los paceños, y eso está difícil... porque siiigue el paceño verdadero escuchando su radio, tiñéndose el pelo con agüita recalentada en bañador, jugando su cacho en la Pérez, y así tu siiigues plena, hermosa, dramática, impresionante, tierna, con la nobleza de acoger a jóvenes, señoritas, señoras y caballeros de toda Bolivia y gringuitos más, protegidos por tus gigantes polleras pues todo se recicla, se amontona, se renueva en los límites de tu amor. La Paz, mi ciudad, gracias por hacernos creer que todo siiigue pese a tanta soledad, a la bobalización, a la decapita-lización y a otras mamadas que siiiguen en los discursos, marchas y reencarnaciones de siempre.
Como decía el que dijo: Sólo morirás cuando muera el último de los paceños, y eso está difícil...
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Especial de La Prensa, por los 456 años de fundacion de la ciudad de La Paz.

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