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WikiLeaks y el futuro recuperado

WikiLeaks y el futuro recuperado

"La verdad os hará libres" (Juan 8,32) citado en la pagina web dedicada, por la vicepresidencia del estado plurinacional de bolivia, a revelar los cables secretos del departamento de Estado de los Estados Unidos referidos a Bolivia.

La ciencia y la tecnología configuran una de las religiones profesadas por el hombre moderno, la máquina materializa al ídolo de ese culto y el relato de ciencia ficción es, o fue, una de sus escrituras sagradas. Desde fines del siglo XIX y hasta la actualidad, el rumbo de la ciencia ficción corrió en paralelo al de la ciencia y la tecnología modernas, en un vínculo que tuvo y tiene menos de determinación y predicción que de mutuas influencias. Han sido varios imaginarios de la ciencia y la tecnología que han sido representados por la ciencia ficción según la época, desde la segunda mitad del siglo XX, los desarrollos asociados a la informática, crearon nuevos terrenos para la ciencia ficción.

Y llego el siglo ficcional por excelencia, los finales del siglo XX e inicios del XXI, y los mayores sueños que la ciencia ficción nos ofrecía quedaron dentro del terreno de lo onírico, nada de máquinas interestelares que extienden el alcance humano, ni máquinas que imitan a la perfección al hombre, ni programas informáticos capaces de crear un Apocalipsis, y mucho menos la interiorización de la máquina en el cuerpo humano y su consecuente reconfiguración de la realidad, el siglo XXI y su herencia ficcional venia cercenada.

Pero tenemos el Internet, “la red” omnipresente/omnipotente, y tenemos a Julian Assange, la irreverente Wikileaks, el viejo orden establecido y los Anonymous, para crear casi en ficción, casi en serio, la primera guerra cibernética de la que solo el futuro inmediato podrá decirnos como termina. Hubo escaramuzas antes - El mundo, se nos dice, siempre está en medio de una revolución, el Internet siempre se movía (la relación tradicional entre la autoridad política y la voluntad popular está patas arriba), el activismo social/político (Estonia 2007: hacktivismo), las revoluciones (Revolución Twitter de Moldavia 2010), las micro batallas (Iran 2009: La ciberguerra contra el gobierno reelecto), etc.-pero esto es en serio.

La filtración que la semana pasada que dejó al descubierto unos 250 mil cables secretos del Departamento de Estado de Estados Unidos, fueron el inicio, fuera de ello que de porsi se presta para un conflicto internacional entre la potencia Norteamericana contra sus detractores, se lleva un conflicto paralelo, WikiLeaks comenzó a sufrir ataques DDoS cuando anunció que publicaría cables diplomáticos de EE.UU. Posteriormente su proveedor de dominio suspendió su cuenta alegando que recibía demasiados ataques lo que ponía en riesgo su servicio a otros clientes. Amazon dio de baja el dominio wikileaks.org por motivos contractuales. En el mundo financiero MasterCard y Visa se sumaron al bloqueo, después le desconectaron PayPal por violación de contrato. El banco le cerró la cuenta a Julian Assange por no declarar correctamente su domicilio y lo detuvieron por presunto abuso sexual. Pero más allá de los ataques, la información que el sitio está filtrando parece ser imposible de detener al haber llegado a sitios de intercambio de archivos P2P.

Mientras tanto los Anonymus ponen en línea la ’operación Payback’ "La primera guerra informática ya ha empezado. El campo de batalla es Wikileaks" (…) "Los sitios web que se han agachado ante la presión del gobierno se han convertido en objetivos". El grupo de piratas ha lanzado ataques de denegación de servicio (DDOS) para sobrecargar la web de Mastercard y VISA y dejarlas inservibles. Antes, habían atacado la web del banco suizo Postfinanc, en represalia por el cierre de los medios de pago a Wikileaks, según varias fuentes citadas por France Presse. Ya han anunciado que el siguiente objetivo puede ser la web de servicios de pago por Internet Paypal (En su defensa, la dirección de Pay Pal aduce que ha recibido presiones del Departamento de Estado para impedir que los pagos lleguen a la organización de Assange) y la red social Twitter, por censurar los términos #wikileaks, #assange y #cablegate (la culpa de que Wikileaks no aparezca entre los temas más mencionados de Twitter del día es del algoritmo, dicen). La intolerancia del viejo orden. La respuesta fue despiadada, coordinada y potencialmente vasta, y contiene duras lecciones para todos aquellos a los que les importa la democracia y sobre el futuro de la red.

Como ven, tenemos nuestra propia guerra cibernética atemporal, recuperando un futuro prometido en la ciencia ficción (cyberpunk, cibernético, apocalíptico y sumamos), lo mas cercano a lo imaginado por Harlan Ellison, que puede terminar al pie de este articulo o según se presenten los acontecimientos desembocar, además, en un conflicto bélico mundial (se me ocurren muchas ideas) seguramente va a aumentar la seguridad electrónica y los hackers incrementarán la intensidad tecnológica del hackeo. Como sea de acá en adelante es, por lo pronto, terreno abierto para una perfecta historia de ciencia ficción.

Un detalle, el día de su captura, apareció un artículo de Julian Assange publicado en el diario The Australian donde Assange negó en su columna que sostuviera una postura antibélica: “A veces, las naciones necesitan ir a la guerra y hay guerras justas. Pero no hay nada peor que un gobierno le mienta a su población acerca de esas guerras y después les pida a los ciudadanos que pongan sus vidas y sus impuestos al servicio de esas mentiras. Si la guerra está justificada, entonces díganle la verdad a la gente y que ésta decida si la apoya”. Dirigido, claro, pero también otra vertiente para ficcionar.

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