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Calvin and Hobbes: Tiburón

Calvin and Hobbes: Tiburón

- Calvin el tiburón relata: El temible tiburón detecta el movimiento y los gritos de socorro sobre el / rodea a su victima mientras sube y se acerca poco a poco hacia la victima atemorizada.
- La madre dice: Para alguien que odia los baños tanto como tu, no estas haciendo que termine más rápido.
- Calvin el tiburón relata: Otra matanza espantosa.

EL LIBRO

Con su primera novela, el autor Peter Benchley definitivamente ayudó a convertir a los tiburones en villanos modernos, especialmente al tiburón blanco.
Publicada en 1974, "Jaws" (Mandíbulas) cuenta la historia de un balneario amenazado por un gigantesco tiburón, un motivo de terror tan antiguo como el ser humano.

“…El libro comienza con un gigantesco tiburón blanco que aparece en Amity, un pueblo de la costa de los Estados Unidos, y mata a una chica que sale a nadar a la medianoche. Sus restos son encontrados por el jefe de policía local, Martin Brody, quien sostiene que el tiburón asesino sigue al acecho. Sin embargo, el alcalde del pueblo, temiendo que la amenaza del tiburón provoque la quiebra del lugar, se niega a cerrar las playas…”.

Cuando el libro recibió su afilado título se convirtió en una sensación en la historia de la literatura estadounidense, rivalizando con otra historia de un gran animal marino, Moby Dick, de Herman Melville.
"Tiburón" provocó una ola de novelas de imitación, entre las que se incluyeron ratas mutantes, cangrejos y perros rabiosos, una de las modas literarias de los 70 menos perdurables.
El libro - buena literatura o no - hizo que el tiburón blanco entrara en la mitología moderna y dio pie a la versión cinematográfica de Spielberg en 1975, que para muchos dio origen a las grandes súper producciones fílmicas convertidas en éxitos de taquilla.

LA PELÍCULA

PRIMERA ESCENA: Una mujer nada desnuda por las aguas de la playa Amity. De pronto es atacada por “algo” que no aparece a los ojos del espectador, pero que provoca el primer salto en la butaca.
Mientras el cuerpo se sumerge por la extraña fuerza, le acompaña como fondo, la que se convertiría en la célebre melodía de John Williams y que tan sólo escucharla implicaba miedo.
Era 1975 y Hollywood vivía crisis de taquilla. La época no era de grandes efectos especiales, pero se construyó un escualo mecánico que en el rodaje tuvo mil fallas.
Y fueron éstas las que de alguna manera llevaban al terror, pues Spielberg prefería que el tiburón no apareciera en pantalla sino hasta después de una hora, tiempo en el cual el público estaba realmente aterrorizado: lo que no se ve es a lo que más se teme.

SEGUNDA ESCENA: Tras una primera parte donde la angustia provocó el delirio de los espectadores, el desenlace debía ser el exterminio del animal, donde entra el aspecto humano con los tres personajes principales: el cazador (Roy Scheider), el policía (Robert Shaw) y el biólogo (Richard Dreyfuss), cada cual con su manera de pensar, pero con el mismo objetivo: terminar con el monstruo, con claras reminiscencias de Moby Dick.

"Tiburón" de Steven Spielberg, es un meritorio film, valioso en muchos aspectos. Se trata de un notable ejemplo de cine de aventuras y suspense, más que de terror. La película se sostiene con intensidad durante todo su desarrollo, con tenso pulso narrativo y conseguida sensación climática, alcanzando su punto culminante en las impresionantes secuencias de la cacería del escualo, llevada a cabo por el estupendo trío protagonista, un honesto e hidrófobo policía, un afable científico y un malhumorado y vehemente marino.

La película se convirtió en un fenómeno social con un notable montaje y trabajo de producción y contando con la galardonada e inquietante música de John Williams.
“Tiburón”, fue posteriormente imitada hasta la saciedad, seguida así mismo por unas secuelas muy inferiores que al igual que las novelas de imitación salidas de la novela de Peter Benchley, pasaron al ático sin fama de Hollywood.

EN EL COMIC DE CALVIN AND HOBBES

La intertextualidad en Calvin y Hobbes, muchas veces mencionada, esta integrada en el cómic como parte de éste, cumpliendo distintas funciones en la historia.
En primer lugar, sirve como homenaje a una serie de textos que el autor tiene como referencia y que señalan su experiencia como lector.

El cine, como medio visual, es una de las artes de las que el cómic toma más recursos para configurar su lenguaje. Pero también es un constante inventor de figuras, mitos y clichés que pronto pasan a la cultura popular. En Calvin y Hobbes, como no podía ser de otra manera, hay toda una serie de referencias -la mayoría de ellas explícitas- al cine clásico, fantástico y de serien B, cuya función no sólo es la de homenaje, sino también la de la prueba de la instauración de una nueva tradición iconológica que se va haciendo fuerte y que, si bien no substituye a los antiguos mitos, llega a convivir con ellos (porque, al fin y al cabo, de ellos nace).
Del articulo: Calvin y Hobbes, un ejemplo de intertextualidad en el comic.

Este es el caso de figuras como Tiburón, por excelencia de Spielberg, se transformo en un auténtico icono de la mitología moderna. Es en este contexto que se entiende la función de las numerosas transformaciones imaginarias de Calvin: además de configurar a su personaje como un niño imaginativo y casi hiperactivo, también le insertan en una tradición donde los mitos, los héroes y los monstruos son ya modernos y que se repiten constantemente en cada tira de Calvin & Hobbes.

Unas semanas atrás se celebraron los 30 años de la proyección de “Tiburón” de Steven Spielberg, basado en la novela “Jaws” de Peter Benchley, fue el primer éxito de taquilla en los Estados Unidos, la novela esta considerada como un Best séller y en Calvin and Hobbes disfrutamos un poco de su homenaje, primero en su salto hacia su presa en el primer comic que recuerda fácilmente a la portada del libro y al poster de la película y segundo disfrutamos un tiburón que no se ve, en la vida tan desdichada de sus muñecos de nieve.

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